martes, 26 de agosto de 2008

Suerte

La primera vez que la probé fue en un parque de San Isidro, a una cuadra de la fiesta de una amiga.
Éramos como nueve personas paradas en círculo como quien hace una fogata, pero en este caso lo que estábamos tratando de armar y encender no era precisamente una fogata.
Un chico de bigote, armó y prendió lo que se parecía a un par de billetes mal doblados y nos dijo "aspiren profundo y no lo boten hasta después de un rato", el remedo de cigarro pasó de mano en mano hasta que llegó a mí.
Lo aspiré tal y como dijo el chico de bigote esperando sentir algo, pero no pasaba nada, pedí otra vez ese cigarro con olor a pasto quemado, le di otra aspirada y para mi mala suerte nada pasó.
Después de unos días se me presentó la oportunidad de volver a fumar con unos amigos de la academia, esta vez creo que aspiré más de lo necesario, pase toda la tarde tirado en una azotea riéndome del chiste del pollito que pide algo en un restaurante. Ese mismo día en la noche...por inercia tomé un taxi a mi casa...no creo que ninguna montaña rusa supere ese viaje... No sé cómo llegué a reconocer una tienda cercana a mi casa, le dije al taxista -señor baja aquí, sin fijarme cuanto le di, abrí la puerta, bajé la mirada y noté que el piso estaba a una distancia INCREIBLEMENTE lejana para ser un tico, el taxista debe haber visto mi cara de pánico porque me ayudo a bajar.
Saliendo de clases un lunes un "brother" me regaló un cigarrillo pero no precisamente lleno de tabaco, le agradecí el gesto y lo puse en mi billetera para respirarlo más tarde.
Para variar como todos los lunes a eso de las 7 pm estaba borracho, torpemente busqué mi billetera en el bolsillo la abrí y no sé si para mi mala o buena suerte el cigarrillo se me había caído, sin embargo, sentí olor a pasto quemado y siguiendo mi olfato descubrí que en el estacionamiento de la casa en la que había estado, unos amigos estaban fumando el bendito pasto. Cinco infelices haciendo cola y esperando su turno, avancé hacia ellos me di cuenta que tenía que esperar cuatro turnos para que me tocara y no sé...si para mi buena o mala suerte... me dio flojera.