viernes, 17 de diciembre de 2010

7e lo mereces


Penúltimo ciclo…

No ha sido el peor de todos, pero si de alguna forma el más gratificante. Las veces que estudié obtuve buenos resultados y bueno pues, aquellas en las que no…pues también.

No obstante, hubo un solo curso (de los ocho que llevé) que no me dejó en paz, si no, hasta fin de ciclo. Automatización Industrial se llamaba el desgraciado, maldito engendro de 4.5 créditos comandado ociosamente por un gordito simpaticón a primera vista, pero desequilibrado emocionalmente en el fondo, maldito curso hijo de la gran currícula de mi carrera que me mantuvo bajo amenazas de repitencia y fracaso durante poco más de 5 meses. Curso maldito, envenenado de tramposas prácticas y truculentos laboratorios que estuvo a punto de mandarme de regreso a ser aquel joven despreocupado, ocioso y mediocre que solía ser. (Sigo siendo todo lo antes mencionado, pero ya no con tanto desparpajo)

El gigante de 4.5 créditos estaba compuesto de 8 laboratorios, 4 practicas (de las cuales la que tenía la nota más baja se eliminaba) y un único examen lo coronaba a final de ciclo, un examen en el cual venían incluidos todos los temas estudiados durante el ciclo, en mi caso todos los temas que estudié un día antes que termine el ciclo.

Los pesos eran 30% prácticas, 40% laboratorios y nuevamente 30% el examen final.
Como ya es costumbre la primera práctica, que debe ser en la que se obtiene más nota por la poca cantidad de temas que entra, la eliminé. Un 08 bien dibujado apareció en mi registro, sin causarme mayor preocupación, ¿por qué? pues porque se eliminaba.

Pasaron los primeros laboratorios y para mi suerte los di bien, era importante mantener un promedio aceptable, porque el mayor peso lo tenían los laboratorios.
Llegó la segunda práctica, la di confiado, sin haber estudiado un carajo, total si hice bien los laboratorios la práctica es un paseo. Lamentablemente y para mi mala suerte los laboratorios y mi exceso de confianza me arrojaron nuevamente un 08. La preocupación me invadió, pero sin causar mayores estragos. Un 08 se elimina y el otro…que va… no es tan malo tener un 08 que se promedie con la supernota que voy a sacar en la siguiente práctica, me dije.

Los laboratorios continuaron, y debo mencionar que las notas de los laboratorios se ven recién a final de ciclo -es como andar a ciegas durante todo el ciclo gracias a esos profesores ociosos que toman el café en la tarde en lugar de colgar notas- siguieron pasando y conforme pasaban laboratorios y clases ese gordito bipolar que comandaba el curso me iba ganando antipatía.

Estoy casi seguro que me ganaba antipatía de a pocos porque, para mala suerte mía, siempre lo cogía en su peor estado de ánimo (bipolar). Por alguna razón que no llego a comprender siempre guardaba mis preguntas más estúpidas o mis intervenciones más incoherentes para cuando el cerdito bipolar estaba de mal humor.

Muy aparte de mi inoportuna estupidez, durante una clase el profesor escuchó una de las típicas mariconadas que se dan entre hombres jóvenes, juntó los ojos, ajusto el ceño y durante media hora se dedicó a pronunciar el discurso más encaletadamente homofóbico que he escuchado en mi vida. Desde ese día me dediqué a hacerle creer de una manera muy disimulada que yo era gay, de tal forma que se quedara con la duda.
Me regocijaba, me regocija la idea de saberlo homofóbico y de tener la certeza que dos veces a la semana se preguntó si le estaba dando clases a un gay, a un cabro y un cabro negro encima.

Tomé esa decisión porqué me indignó su discurso, porque a pesar de no ser gay, tengo amigos gays y lesbianas y cada vez que se escuchaba una mariconada, y el profesor ajustaba el ceño y el culo, yo soltaba una frase seria y seca a favor de la mariconada “profesor acéptenos como somos” una frase que a pesar de ser pronunciada por este humilde servidor heterosexual está cargada de sentimiento y lucha en contra del prejuicio, una frase que enarbola la bandera del orgullo gay en medio de mi salón de clase presidido por un dictador homofóbico. Esa frase bastaba para que el profesor dejara de ajustar el culo, me mirara fijamente y volviera a su labor de educador sin decir nada.Obviamente con eso terminé de ganarme algo más que su antipatía.

Las dos prácticas siguientes no resultaron ser tan satisfactorias como esperaba. Un 06 y un 02 (se elimina) terminaban de adornar mi registro, me encantaría decir que fue resultado de la discriminación del profesor hacia mi supuesta opción sexual o hacia mi color de piel, pero lamentablemente y para el mal de esta historia el resultado de esas dos notas tan desastrosas fue mi falta de organización (se me olvidó la fecha de la tercera práctica y pensé que no había cuarta)

Llegué a final de ciclo con 7.333 de promedio de prácticas y en laboratorios, si mal no recuerdo 15 y algo más, lo que hacía que al final me fuera por un 6 y algo más. Es decir, para el examen final necesitaba sacarme un 07.
Me dedique a estudiar prácticas y exámenes pasados, durante mucho tiempo (24 horas) y llegué al examen más nervioso que pavo en navidad. El examen vino imposible, hice 4 puntos en una fija y era probable que no sacara más de 3 puntos en el resto del examen.

Luego de tres días subieron la nota, el 7 más hermoso que he visto en mi vida brillaba imponente, casi mágico ante mí, era el único número que importaba de toda esa página, el infame cero que lo precedía no lo opacaba en lo absoluto, era un 7 tocado por dios (en caso exista) un 7 que también me recordó que no debo volver a ser el infeliz de hace algún tiempo.

Un martes por la mañana regresé al instituto y decidí pasar cándidamente a visitar al gordito-bipolar-homofóbico-dictador y restregarle, como él lo había hecho diciéndome que no iba a pasar, mi 07 en la cara.
-Profesor buenos días que tal.
-Coronado que milagro, ¿traes tu periódico? (siempre le prestaba mi periódico)
-No profesor, venía a saludarlo.
-Y que tal ¿nos vemos el próximo ciclo de nuevo no?
-No profesor, pasé. Me iba por 7 y saqué 7.
-¿Qué?! No puede ser ¿por tan poco te ibas? No puede ser que pases con tan poco, tú te tenías que ir por más, el sistema está mal.
-Si bueno, felices fiestas profe nos vemos (mientras envainaba el cuchillo)

Para mi suerte, pasé ese curso. ¿Aprendí? Si, al final, y aprendí más de una lección, ¿contento? Pues si. ¿Alguna relfexión o mensaje final?

Para ti gordito...dont hate the player, hate the game.