miércoles, 3 de marzo de 2010

un último esfuerzo


A menos de una semana de empezar las clases y a prácticamente un año de acabar la carrera, me ha abordado, como suele hacerlo, la pereza y el desánimo que me provoca pisar el instituto nuevamente, pero no es solo porque tenga que volver a estudiar, acto que demanda el mayor de los esfuerzos de mi parte cada vez que me resigno a abrir un libro o mi cuaderno, que irónicamente, es el más completo y ordenado de toda mi promoción. Además del hastío natural que me despierta el estudio, además de ser un ocioso y haragán para movilizarme por las calles de Lima y tener que salir de mi confortable cama cuando amanece, o cuando se cumple el medio día, además de todo lo antes expuesto lo peor de todo es el instituto y casi todo lo que implica recibir clases ahí.

Para empezar podría decir que ir a estudiar, es decir, ir al instituto es un trámite que de poder ahorrármelo, lo haría. Tomar seis micros al día, tres de ida y tres de vuelta es simplemente agotador. Seis micros, que por vivir en el cono sur y estudiar en una de las zonas más caóticas de Lima, simplemente no respetan ninguna ley de tránsito. Salir de lo que se podría decir, es una de las zonas más tranquilas y ordenadas (puedo estar exagerando) de San Juan de Miraflores y llegar a la carretera central donde impera el caos, la basura, la contaminación ambiental, sonora y visual, además de la falta de educación en cuanto a urbanidad se refiere es sencillamente insufrible.

Tal vez algunos piensen que estoy exagerando, los invito a que me acompañen un día a ese recorrido tan cansado e irritante para que comprueben que no exagero, sin embargo, lo peor no acaba ahí, porque en este caso lo que parece lo peor, en realidad, no lo es.
Al bajarme del tercer micro debo cruzar la carretera central, es decir, debo arriesgar mi vida. El exceso de tráfico (cuando hablo de tráfico no hablo de lindos y adorables taxis amarillos, hablo de tractores, buses interprovinciales, vehículos de más de dieciocho llantas y uno que otro portatropas) la falta de señalización, y la ya conocida imprudencia de los conductores limeños hacen que cruzar la carretera central sea tan peligroso y difícil como desembarcar la madrugada del seis de junio de 1944 en Normandía, solo que en vez de arena y balas hay asfalto y camiones dispuestos a sacarte las entrañas.
Hasta el día de hoy he logrado llegar a la otra orilla del río, puede que un día no lo logre, puede que tengan que esperar al fiscal para recogerme, pero hasta que termine la carrera o muera atropellado, tendré que seguir llevándome los sustos que ya en varias ocasiones he tenido.

Ya en la otra orilla del río sólo me queda caminar un par de cuadras sorteando mototaxis, emolienteras, uno que otro camión frigorífico y soportar las tormentas de arena que levantan los imprudentes camioneros, que al no tener bien asfaltadas las pistas, usas sus camiones como si estuvieran en una suerte de rally urbano.
Varias veces he conversado con mis profesores sobre el asfaltado de las pistas aledañas al instituto, porque si bien la calle en la que está ubicada la puerta principal del instituto está asfaltada, gracias al dinero del mismo, las calles aledañas están en estado calamitoso. La responsabilidad del asfaltado, supongo yo, tal vez ingenuamente, es del municipio, en este caso del municipio de Ate o tal vez de Santa Anita, la verdad poco me importa, porque no me cabe la menor duda que en el año que me queda de sufrimiento, no harán nada con las pistas y durante el resto de mi vida trataré, en la medida de lo posible, no volver a pisar esas calles.

Al cruzar la puerta del instituto, la calma vuelve al planeta, el sol vuelve a salir, la vegetación es verde y no ploma de nuevo, el orden y la tranquilidad vuelven a reinar, el polvo y la tierra que entraban a mis pulmones en cantidades industriales cada que inhalaba, pasan a estar en los recogedores de los diez mil “colaboradores” de limpieza, respetuosos, bien uniformados, que caminan silenciosa y tranquilamente por todo el lugar (parecen pequeños hombrecitos que se reproducen cada que recogen un poco de basura del suelo) porque están por todos lados.

Durante cuatro ciclos (mi carrera dura 3 años) he llegado al instituto únicamente para entrar y sentarme en una esquina del salón, solo, probablemente con cara de enojado, sin ánimo de conocer gente, y sólo dispuesto a escuchar clase para largarme de ese lugar tan ordenado y limpio algún día y para siempre.
No hay nada malo con mi instituto, TECSUP, si hablamos de enseñanza, es más, es mi deber decir que no podría haber elegido un mejor lugar para aprender, pero eso no lo hace placentero en lo más mínimo. El solo hecho que quede en el poto del mundo y sea toda una travesía llegar le da demasiados puntos en contra para que me guste asistir (si dejo del lado que voy únicamente a estudiar).
Para ser sincero en los dos años que llevo en el instituto he hecho dos o tres amigos (si es que se le puede llamar amigos), entre ellos una chica, a esta chica en particular le tengo gran aprecio. Estudia mi carrera (carrera que estudio por accidente o por uno de esos azares del destino), y está un año adelantada con respecto a mí. Ella, sin nada a cambio, se ha tomado la delicadeza, la molestia de ayudarme durante toda mi carrera, empujándome a estudiar, pasándome exámenes y trabajos pasados, o simplemente llamándome la atención por no estudiar o por ser lo que no me da vergüenza en admitir que soy, un vago de profesión.
Sólo una vez he salido con ella, y con el único propósito de pasarla bien como amigos (para aquellos que conocen con que intensiones suelo salir con amigas no muy amigas), he salido con ella y con mis otros dos “amigos” y estoy seguro que con alumnos de TECSUP ese tipo de relación es lo máximo a lo que puedo aspirar, no por creerme superior o inferior, si no porque siento que simplemente hay lugares en los que soy muy bien recibido, pero no por eso necesariamente voy a encajar.

Hay dos cosas que no me gustan de la gente, la primera es que cometan horrores ortográficos, con horrores me refiero a esta clase de orrorez. Comprendo que tal vez hay personas que no recibieron una educación ideal, pero eso no los exime de seguir adquiriendo cierto conocimiento, cierto bagaje cultural básico y lamentablemente en TECSUP el 90% de los alumnos comete horrores ortográficos y lo peor de todo es que al 90% de ese 90% no le interesa corregirlo o hacer algo al respecto para mejorar esa tara.
Me doy el lujo de criticar ese aspecto de la gente porque yo me tomé la molestia, el desafío si se le puede llamar así, de complementar mi mala educación –voluntaria- durante el colegio y en la actualidad me doy el lujo de exponer mis ideas y pensamientos más bizarros en un blog medianamente decente.
La segunda cosa que me disgusta, es la falta de urbanidad y aseo personal. No es de buena educación andar escupiendo en la calle como auquénido, andar mandando besos sonoros y volados a cualquier señorita que tenga la mala suerte de cruzarse con uno de estos inadaptados sociales cuya carencia de urbanidad es sólo superada por su falta de aseo personal en muchos casos. Una vez más y lamentablemente en TECSUP hay muchos de estos individuos, que expelen malos olores y/o tienen un vacío grave en su educación en cuanto a urbanidad respecta.
Por mas esfuerzos que haga de mandar indirectas prácticamente directas a aquellos que no conocen el jabón o el desodorante, al día siguiente vuelven igual de desaseados; por más que intente hacerle entender a la mayoría de hombres de mi salón que piropos obscenos y besos sonoros acompañados de mordidas de labios de todos sus compañeros de jauría no son el mejor arma para atraer a una mujer, y que en su defecto es una ofensa que yo considero grave a la señorita compañera de estudios o a la chica que transita por los alrededores del instituto; por más que yo trate de hacerles entender que lo que hacen es algo digno de repudio diciéndoles “ a ver que pasa si yo le hago eso a tu vieja”; por más que lo intento, no abandonan sus malos hábitos. Al no poder con ellos, no pienso unírmeles, simplemente procuro alejarme de ellos y si eso implica ser el atorrante de la clase pues lo asumo y me enorgullezco.

Podría decir que por ese par de razones principalmente soy el solitario del instituto. El no tener amigos me hace, creo yo, el atorrante, el “alzado”, el que lee el periódico solo durante los recesos y huecos que tienen los horarios. Si he sido todo eso y más durante dos años puedo seguirlo siendo durante el año que me queda sin mayor preocupación y con total desparpajo.
Sin embargo, también he conocido a excelentes alumnos, que sin llegar a ser amigos por a o b razones, son y seguirán siendo excelentes personas y compañeros, mucho mejores que yo en efecto, y no me considero bueno en lo absoluto. Además de ellos tengo el honor de ser instruido por excelentes profesionales, muchos de ellos los mejores en su rama, cada uno mejor persona que el otro (a excepción del profesor Ernesto que merece la pena capital por animal) y como no mencionar a mi profesora favorita, tan alta ella, tan bella, tan Jessica, tan fornicable, belleza informática que nunca me ha enseñado, pero que con gusto jalaría tres veces su curso con tal de ser su esclavo sexual. A Jessica no la conozco, pero seguramente además de ser la futura madre de mis hijos también es una excelente persona.

Mencionadas algunas de las principales causas por las cuales disfruto y me disgusto dentro del instituto me toca hablar sobre la Electrotecnia Industrial, así se llama mi carrera. Con frecuencia cuando me preguntan qué estudio digo electrónica y así me aseguro que nadie me pida explicaciónes sobre de que se trata mi carrera, ya que todos creen saber de que se trata la carrera de electrónica.
Cómo y porqué llegué a estudiar una carrera tan poco conocida, no tengo idea, tal vez sea porque confundí el código de la carrera que era mi primera opción, o tal vez sea porque esperé a marcar hasta el final todas las repuestas del examen y no me alcanzó el tiempo para terminar de llenar la cartilla de respuestas o a lo mejor por bruto.
Esperé hasta el final del examen para marcar porque,en un arranque de rebeldía, pensé durante el examen en no marcar nada para de esa manera esperar un ciclo más y poder ingresar en el turno de la mañana y no en el turno de la tarde para el que estaban destinados los ingresantes de ese examen. Tal vez pagué cara mi rebeldía porque ingresé y a una carrera que no era la que yo quería.
Durante dos años he peleado con la carrera, no la odio, pero tampoco la amo y a pesar de mis esfuerzos ha conseguido domarme sin que yo, ya a estas alturas, pueda revelarme.
Me falta alrededor de un año para terminarla y únicamente guiado por el esfuerzo incesante de mi madre, la presión involuntaria de mi familia y mi necesidad de ganar dinero a la brevedad, he conseguido convencerme a mi mismo, engañarme tal vez, de que es lo mejor para mi y para los que les importo.

Dicen que la felicidad es hacer lo que te gusta independientemente del dinero que tengas o que ganes, eso seguramente lo dijo un misio feliz.
En mi esfuerzo por convencerme a mí mismo me he proyectado a ganar dinero con esta carrera que hasta el momento me hace infeliz, por todo lo que debo soportar gracias a ella y por las pocas satisfacciones que me da hasta el momento, una carrera que con facilidad se podría describir como “mil y un maneras de morir no sólo electrocutado, también carbonizado” ya que se basa en trabajos con alta tensión y aparatos eléctricos industriales.

La salida del instituto es otra actividad que definitivamente no extrañaré al término de mis estudios. Salir 9:30 p.m. de “el fin del mundo” llámese Santa Anita o Ate (poco me importa cual sea) es sumamente cansado y una vez más peligroso.
TECSUP cuenta con el servicio de cuatro buses que tiene como destino o el Jockey Plaza o el puente Santa Anita, ambos destinos igual de peligrosos a esa hora de la noche. Los buses parten a las 9:40 p.m. si llegas tarde simplemente te toca caminar hasta la carretera central y esquivar a ladrones y hombres de malos hábitos.
Es común escuchar en la última clase de la noche “aquellos que no se van en el bus hagan el favor de acompañar a sus compañeras hasta el paradero por motivos de seguridad” cabe resaltar que si sales antes de que los buses partan tienes dos opciones, o te arriesgas a ser víctima de hurto o a quedar varado en el instituto hasta las 9:30 p.m.
TECSUP me hace el favor de llevarme si es que salgo 9:30 p.m. o si tengo la suerte de salir 6:40 p.m. para irme con el bus del personal administrativo. Me hace el favor de, en mi caso, dejarme en el puente Santa Anita en donde el personal policial brilla por su ausencia, los robos son por decirlo de alguna manera, el pan de cada día y la responsabilidad de TECSUP ahí no tiene efecto, pero debo resaltar la gentileza de “jalarme” de mi tan considerado instituto que tranquilamente me podría dejar abandonado a mi suerte a esa horas de la noche.
Agarrar desde el puente Santa Anita una apretada combi, para bajarme en una de las zonas mas peligrosas de mi populoso distrito para luego dirigirme a mi “tranquila” zona es una vez más un trámite que de poder ahórramelo, lo haría.

Me he tomado la molestia de hacer algunos cálculos para este nuevo ciclo que me toca sufrir. Durante cada semana asistiré cinco días a TECSUP en total estaré 33 horas a la semana, 10 horas a la semana haciendo trabajos (en el mejor de los casos), 40 horas durmiendo, 10 horas en los micros y 10 horas en el gimnasio, con lo que queda tan sólo 17 horas, 3.4 horas al día para vivir, para darme el respiro que necesito hasta que empiece a disfrutar a lo que me voy a dedicar por mucho tiempo, si es que algún día llego a hacerlo.

En un intento desesperado, en lo que yo llamaría casi un manotazo de ahogado, mi madre me ha ofrecido un carro (el vocho alemán que tanto anhelo) para cuando termine la carrera. Un inteligente movimiento ya que si yo fuera mi propio padre o madre, me hubiera ofrecido un Ferrari a mí mismo con tal que acabe algo, cualquier cosa, con tal que acabe.
Muy aparte del incentivo, el esfuerzo de mi madre merece ser recompensado de mi parte, merece ver que al fin soy algo.
Huelga decir que mis notas, por lo menos las teóricas, son mediocres (reflejan mi amor por la carrera) y que en la práctica –modestia aparte- soy el mejor (reflejan mi habilidad para las manualidades), que mi cuarto es el desorden hecho habitación, que incluso mi vida es un desastre, pero mi cuaderno es pulcro al extremo y permanece incólume ante el desastre que año tras año ratifico que soy a mi familia y amigos. Digo esto debido a que por ahí alguien me dijo que mi cuaderno refleja el esfuerzo que hago por mantenerme bien encaminado, espero que sea cierto, necesito que sea cierto.

11 comentarios:

TANÚS SIMONS dijo...

Christopher, buen post (creo que el mejor que has hecho hasta ahora). Por lo que leo no te gusta mucho tu carrera, pero por lo menos te sacrificas un culo para lograr una meta; eso de hecho te va dar satisfacciones tarde o temprano.

"No pain, no gain"

Cristina Giadach dijo...

Muy bueno... lo leí entero, espero que yo sea parte de tus amigos y no de tus "amigos"... eso le pasa a la mayoría y eso que yo estuve en ISIL donde se supone q van los hijitos de papi que votan de las universidades... Pero dentro de todo hay personas que valen la pena, si no es para una relación mayor, tal vez para que aporten cosas positivas en tu vida. Si no te gusta... termina y luego te dedicas a lo que realmente te gusta y sino, buscas qué hacer pero ese cartoncito te va abrir muchas oportunidades. Concuerdo en las 2 cosas que odias, yo también las odio. Creo que más los horrores ortográficos porque la limpieza parte muchas veces de casa.
Te amo y te felicito.

Anónimo dijo...

Mi estimado "amigo" christopher "blanco humo" coronado... tienes q seguir en esa carrera para q pagues la lamparita de mi casa =) jajajajaja

Luis Giancarlo Acosta dijo...

No te imaginas como me pude identificar con muchas de tus impecables líneas...solo permíteme mostrarme mi respeto y admiración por tu perseverancia (algo que en un momento de mi vida me falto) y felicitarte por la manera en la que escribes.

mariel dijo...

Christy broder, me atrevo a comentar tu post (aunque tu sabes q prefiero decirte lo que pienso por msn) porque en verdad no tenia ni la menor idea de la garra y el esfuerzo que le pones a tu carrera, esfuerzos que se triplican cuando hacemos algo que no amamos.
Este post me ha servido un monton en esta semana de muchas reflexiones, a cerca de mi futuro y mi carrera, pero hoy me has dado una leccion buddy, gracias.

Columbus dijo...

Asi es la unica forma de llegar a lograr el inicio de tu bienestar (llegar a tener dinero)no hay otra forma,todo lo que has descrito es real desde tu odisea particular hasta el mundo que rodea a todos y si quieres llegar a esta primera meta tienes que joderte y pagar piso,no aflojes tienes la capacidad para lograrlo y el ejemplo de Normandia aplicatelo es el inicio de tu día D para lograr el triunfo final.

Johana Aguirre dijo...

chris, aun que me demore , lo leí completito y me encanto, yo vi tu cuaderno alguna vez, y me sorprendió lo ordenado que eras y recuerdo que te dije la gente que tiene letra chiquita es muy hábil para los números, y sé que puede ser terrible ir en micro o combi, aun que solamente lo haya hecho 2 veces en mi vida, pero viví la experiencia. Como esa ves cuando me acompañabas a mi casa, me baje de la combi y entraron como 10 personas y te vi irte en esa combi/ lata de sardinas, donde habían 70 personas y te puse cara de ....como pueden entrar tanta gente, es físicamente imposible!!!! Lo sé amor se que te cuesta la carrera pero ya la terminas , a mi tb ya me falta poco fuerza!!. Te amo

Anónimo dijo...

porq dice balas arriba? ... bueno ... mi amado negrillo ... estas haciendo todo mal ... admito que el viaje es terrible ... no mucho ... aprende a disfrutar hasta de esas cosas q te molestan ... porq son curiosas rey !! ... ahora porq te vas por cascanueces?? asis ellama creo no ... debes bajar en monterrey ... ahi no hay ni un alma y no hay tierra tampoco ... hay semaforo para cruzar ... casi no hay carretillas y hay una anciana en la esquina cuyo precio a las morochas vacila como tanto como el dolar ... aunq tal vez lo haga aproposito ... quien soy yo para dudar de lo que tantos años han llegado a formar ... ademas es muy amable ... bueno ... como te iba diciendo la ruta no es la correcta ... ahora si bien es cierto el viaje es terriblemente largo ... creo que por lo q yo vivo mas para primavera el viaje de regreso no es para nada malo ... tomo el covida con branco y el gato ... q ha diferencia de tus comentarios ... estos si se bañan jajaaja ... se q hay de todo pero en todos lados es asi ... hay q saber vivir con eso ... auqn tmpc pueden aprovecharse y presentarse de esa manera ... lo q realmnt m desagrada es el pelo sucio ... a algunohe visto con el pelo super brillante y tieso ... no solo eso sino q tambien con una planchas blancas como de tecnopor ... asi de grandes ... cuya unica respuesta para mi esq sean alguna suerte de caspa con esteroides ... super entrenadas ... peor bueno en fin ... como te digo siempre cris ... yaestas aqui ... sin mirar atras nomas jajaja ... y no te preocupes q existe alrededor tuyo un karma de esfuerzo y sacrificio ... no seras olvidado rey ... pronto todo cambiara ... como siempre ... y si no siempre esta la posibilidad de atreverse a eventualmnt dejarlo todo y sin mirar atras ... nunca mas volver ... yo te acompañaria ... besos y abrazos ...
NN

Unknown dijo...

Ciertamente, ya no me puedo sentir sorprendido, es propio de una persona como tu superar cada articulo que haces con esa simplicidad del coloquio diario, te felicito Christopher, pero es siempre importante recordar que para ganar hay que esforzarse, los frutos se verán en unos años, siendo el hombre de bien que ya eres y aplicando ese conocimiento que solo el crecimiento intelectual te puede dar, estaré pendiente de lo próximo a publicar.

Patti dijo...

Chris!!esta muy xevere tu post ya te habia dicho q lo lei pero recien comento xD....no sabes o creo que si sabes jaja cuaaanto me identifico contigo y es por eso que te ayudo xq quiero que termines tu carrera y no jales naadaAA ok! :) no dudes que soy tu amiga y siempre estare para ayudarte en todo lo que me sea posible.Ya falta poco asi que sigue con ganas!
bsos

Malu dijo...

No te mueras antes de conocerme (es decir, ten cuidado en la dichosa carretera central).

Tu descripción de Lima me ha crispado la piel, me ha llenado de nostalgia. Gracias por ello.

El ejército soviético tuvo mayor importancia decisiva en la Segunda Guerra Mundial, pero claro, los estadounidenses llevaron la voz cantante en la posterior Guerra Fría, por eso el desembarco de Normandía nos resulta hoy tan importante...

Para la evasión de aquello insufrible, te recomiendo audífonos y un libro agradable, no tienen pierde. Eso, o hacer ensayos de observación sociológica y/o antropológica en cada viaje, al menos te entretendrás, reirás de todo y de todos, incluso de ti mismo, hábito reconfortante en los días que corren.

La mala ortografía no es un tara, sino más bien consecuencia de un sistema educativo mediocre, derivado de A) Padres y madres que fueron víctimas de esa misma educación asistencial y básica, y B) Hijos e hijas que la han padecido, por no tener una mejor opción. Entiendo que la conciencia de aquella deficiencia debería llevar a las personas a buscar una mejora, pero sólo piensa en todo lo que a la gente “afortunada” nos cuesta aprender a escribir (exámenes, dictados, libros, periódicos) e intenta -te lo pido- valorar en perspectiva.

¡Epa! Tampoco poseo la magnanimidad de Cortázar para vislumbrar siglos de discriminación y opresión en una falta de ortografía, que conste. A mí no me gustan los hombres que las cometen, para empezar.

Los escupitajos, ay... No es cuestión de camélidos, cariño, sino de seres humanos. ¿La ciudad con más esputos y escupitajos en las calles que he conocido? Bilbao, en El País Vasco, España. Eso, sin contar la caca de perro. ¡Y el olor de las axilas, Dios mío! Aunque creo que, en eso, los eslavos se llevan la palma. Quizás los africanos huelen peor, pero no es ya cuestión de desaseo.

No te culpo, sin embargo, por sentirte fuera de lugar, sino más bien soy capaz de sentirme identificada con ello y comprenderte al extremo.

Ahora que lo pienso, yo he recorrido Lima en combi muchísimas veces y nunca me ha pasado nada malo, pese a haber ido a parar a lugares de alto riesgo. Igual es mi cara de “aquí no pasa nada” lo que me ha salvado, o tal vez el hecho de ir con buena actitud. O, sencillamente, que soy un bicho con suerte.

Para terminar, porque tengo sueño y no es mi intención escribir todo un post, permíteme felicitarte por tu prosa y por tu esfuerzo diario, además de darte las gracias por ese comentario motivador que dejaste en mi blog.

Un abrazo desde Neverland.